Correr es una forma estupenda de hacer ejercicio, y a mucha gente le parece una forma estupenda de rejuvenecer la mente. Sin embargo, si corres por la calle o por el arcén, corres el riesgo de que te atropelle un vehículo o de lesionarte. Por suerte, hay al menos cuatro formas de ser un corredor más seguro.
Si te gusta correr por la carretera, es importante que seas consciente de los peligros potenciales de tu ruta. Para ayudarte a comprender mejor si tu posible ruta es segura para un corredor, haz una conducir recorra la ruta prevista. Busca esquinas ciegas, cruces con mucho tráfico u otras zonas en las que los conductores puedan pasar desapercibidos mientras corres. También debes prestar atención a las zonas en las que la carretera se estrecha o en las que no hay espacio suficiente para que un corredor pueda correr con seguridad por la calzada. Como corredor, es posible que no te fijes tanto en estas zonas como cuando conduces por la calzada.
Siempre que sea posible, corre con un compañero. Un compañero aumenta tus posibilidades de ver un peligro potencial y disminuye tus posibilidades de ser víctima de una agresión. Además, si tienes un compañero de carrera, la otra persona puede ir a pedir ayuda o ayudarte a llegar a un lugar seguro si resultas herido.
Si no puedes correr con otra persona, es importante que dejes que un amigo o familiar Conoce tu ruta de carrera y la duración prevista de la misma. Evita desviarte de la ruta prevista sin avisar a alguien. Si te ocurre algo, tu amigo o familiar sabrá cuándo y dónde buscarte.
Como corredor, es tu responsabilidad prestar atención a lo que te rodea. Aunque puede ser relajante o agradable correr escuchando música, es menos probable que oigas venir un coche o que percibas otro peligro si estás concentrado en tu música y no en lo que ocurre a tu alrededor. Deshazte de los auriculares y presta atención a lo que te rodea.
Una vez que te hayas deshecho de los auriculares, podrás prestar atención a tu entorno. Para ver mejor el tráfico y hacerte más visible, generalmente querrás correr contra el flujo del tráfico. En lugar de que los coches vengan hacia ti por detrás, los verás venir hacia ti y podrás reaccionar antes. Es posible que tengas que cambiar de lado de la calzada durante un breve espacio de tiempo si te encuentras en una esquina ciega o si crees que correr por el lado opuesto de la calzada es más seguro.
Es especialmente importante que te hagas visible para los conductores si corres de noche o con mal tiempo, cuando la visibilidad de un conductor puede verse reducida. Si piensas correr cuando está oscuro o con poca visibilidad, asegúrate de invertir en ropa brillante y reflectante, así como en un faro. Esto facilitará que los conductores te vean y te permitirá ver mejor el terreno.
Para hacerte visible, debes asegurarte de que los conductores te vean antes de cruzar la calle o desplazarte a otro lugar de la calzada. Si corres por una calle con coches aparcados, evita zigzaguear entre los vehículos. Antes de cruzar la calle, establece contacto visual con los conductores y asegúrate de que son conscientes de ti y de tus intenciones. No des por sentado que porque tú veas al conductor, él te ve a ti.
Desgraciadamente, incluso los corredores seguros a veces resultan heridos por conductores que no estaban prestando atención. Si te atropella y te lesiona un conductor distraído mientras corres, Contacto.