El COVID-19 ha afectado a casi todos los aspectos de la vida cotidiana. La gente necesita salir, disfrutar del aire fresco y hacer ejercicio sin correr riesgos y practicando el distanciamiento social. Muchos siguen necesitando desplazarse con seguridad a sus puestos de trabajo. Cada vez más personas eligen la bicicleta como principal medio de transporte. Son muchos los factores que han propiciado el aumento del número de bicicletas en la carretera. Y también el número de accidentes de bicicleta.
Cada vez hay más gente que trabaja a distancia desde su casa; el número de usuarios de autobuses y trenes de cercanías ha bajado mucho; la gente conduce más; la atención médica está pasando a la telesalud en lugar de las visitas a la consulta del médico. Además, se han cerrado gimnasios, cines, estadios deportivos, restaurantes y boleras; la compra de alimentos por Internet se ha convertido en la norma; comprar en centros comerciales es cosa del pasado.
Desgraciadamente, con el espectacular aumento del uso de la bicicleta también ha aumentado el número de accidentes. California, Florida y Texas son los estados más peligrosos para los ciclistas..
Las estadísticas son alarmantes. Cada año mueren en California más de 100 ciclistas y más de 10.000 resultan heridos en colisiones..
Todos los estados exigen que los ciclistas que circulan por una carretera sigan las mismas normas que los conductores de vehículos de motor. Deben circular en el mismo sentido que el tráfico, detenerse en los semáforos en rojo, obedecer todas las señales y semáforos, evitar los cambios de carril peligrosos, mantenerse fuera de las aceras y ceder el paso a los peatones.
En un accidente en el que se ven implicados un vehículo de motor y una bicicleta, es el ciclista quien tiene más probabilidades de sufrir lesiones graves.
Los accidentes de bicicleta pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y pueden ser leves o catastróficos. Las lesiones cerebrales y medulares son las más perjudiciales. Sin embargo, también puede haber lesiones internas, amputaciones, contusiones, abrasiones, así como erupciones en la carretera.
La respuesta corta es: depende. California utiliza el concepto legal de negligencia comparativa para determinar la responsabilidad en cualquier tipo de accidente de tráfico. Ya sea el conductor del vehículo de motor, el ciclista, tanto el conductor y el ciclista, o ninguno puede ser atribuido la responsabilidad por el accidente. Por ejemplo, si se determina que el conductor del vehículo de motor fue 70% responsable del accidente y el ciclista fue 30% responsable, cada uno puede recibir sólo un porcentaje de los daños de los que no fueron culpables. El conductor podría recibir 30% de la indemnización total en concepto de daños y perjuicios y el ciclista 70% en concepto de daños y perjuicios.
Si usted está involucrado en un accidente de bicicleta y sufrió una lesión, es muy importante que se ponga en contacto con un abogado con experiencia en accidentes de bicicleta tan pronto como sea posible. Cada caso es único. Los abogados expertos y atentos de Freeman y Freeman escuchará las particularidades de su caso; determinará la mejor estrategia para optimizar cualquier compensación que se le deba por facturas médicas, salarios perdidos, daños a la propiedad, así como dolor y sufrimiento; le guiará a través del complicado proceso legal; adquirirá la documentación médica necesaria, y se enfrentará a los abogados de la compañía de seguros por usted.
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California puso en marcha el programa Slow Streets a principios de 2020. Este se diseñó para limitar el tráfico de vehículos motorizados en calles y corredores residenciales designados. Por desgracia, el programa se quedó rápidamente sin dinero en Los Ángeles, y las obras de infraestructura se paralizaron.
Otras ciudades del país han emprendido con éxito importantes cambios en sus infraestructuras para hacer las carreteras más seguras para ciclistas y peatones, como:
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