Los residentes en residencias de la tercera edad pueden correr un mayor riesgo de sufrir un accidente por resbalón y caída que pueden tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo. Según los resultados de un nuevo estudio, cuando las personas mayores se someten a programas de ejercicio dirigidos específicamente a ayudar a reducir el riesgo de caídas, éste disminuye.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Queensland. Los investigadores de la Escuela de Estudios del Movimiento Humano del centro descubrieron que cuando se sometía a los residentes a un programa de ejercicios dos veces por semana, sólo 42% sufrieron al menos una caída. En cambio, 81% de los participantes del grupo que no se benefició del ejercicio sufrieron un accidente por resbalón y caída.
Según los investigadores, en Australia, la tasa de accidentes por resbalones y caídas entre las personas internadas en residencias para ancianos es de aproximadamente 1,5 accidentes por cama y año. El objetivo del estudio era ayudar a comprender qué tipos de programas de ejercicio benefician a las personas mayores y ayudan a prevenir los accidentes por caídas. Se descubrió que los ancianos que participaban en los programas de ejercicio dos veces por semana tenían más probabilidades de mejorar su forma física y, por tanto, de sufrir caídas, en comparación con los ancianos que no participaban en el programa de ejercicio.
Sin embargo, también puede haber otros factores que afecten a las posibilidades de que una persona se beneficie del ejercicio. Por ejemplo, los investigadores señalaron el hecho de que las personas de los dos grupos diferían en su funcionamiento físico, incluso antes de participar en el programa de ejercicio.
Hay otros estudios que también señalan los beneficios de un programa de ejercicio estructurado para ayudar a prevenir las caídas en las personas mayores. Normalmente, estos programas de ejercicio se centran en aumentar el equilibrio y reforzar la coordinación entre las personas mayores. El objetivo es aumentar la fuerza interna y la estabilidad, para que los mayores puedan evitar más fácilmente los riesgos de caídas en su entorno.